El síndrome de ojo seco es una condición común pero frecuentemente subestimada. Muchas personas asocian la sequedad ocular con el cansancio o el estrés, sin saber que podría ser señal de un problema más profundo que, si no se trata, puede afectar la calidad de vida e incluso la salud visual a largo plazo.

Como oftalmóloga especializada en superficie ocular, he visto cómo este trastorno puede interferir en el día a día de mis pacientes, desde dificultades para leer o usar pantallas hasta irritación crónica. Por eso, en este artículo te explico cómo identificar los síntomas clave y qué soluciones efectivas existen.

Factores como el uso prolongado de pantallas, cambios hormonales (especialmente en mujeres), ciertos medicamentos o enfermedades autoinmunes pueden alterar la producción o calidad de la lágrima.

Si los síntomas persisten por más de una semana o afectan tus actividades, agenda una cita. El ojo seco mal manejado puede derivar en inflamación o lesiones corneales.

En mi consulta, no solo aliviamos las molestias, sino que trabajamos en soluciones a largo plazo para que tus ojos recuperen su confort. ¿Te identificas con estos síntomas? No los ignores, tu visión lo agradecerá.